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Metodología
La operalización de la Triada Calidad
de Vida
Dentro de la complejidad que implica nuestra concepción
holística del concepto, se hacía necesario aprehender,
cuantitativa y cualitativamente, la multiplicidad y diversidad de
los factores que inciden en la calidad de vida de las personas.
Adicionalmente, los distintos tipo de datos requieren de distintos
instrumentos de medición. Esto planteaba una tarea igualmente
compleja de resolver. Para abordarla, se recurrió a la pauta,
ilustrada en la Tabla 1.
En ella, guardando coherencia con el marco teórico previamente
definido, se esquematizan los criterios para la selección
de los métodos de recolección de la información,
según el tipo de datos requeridos y los hechos a analizar.
La pauta cumple con integrar los elementos objetivos, principalmente
dirigidos a medir las condiciones ambientales, y los subjetivos,
dirigidos a valorar la calidad ambiental, en la evaluación
del bienestar de las personas. Según Milbrath (1978) existe
una distinción básica entre las condiciones
ambientales, que se pueden medir objetivamente y la calidad
ambiental, que se debe evaluar sobre la base de percepciones
subjetivas. Son, por ejemplo, condiciones ambientales
los niveles de limpieza del aire y agua, el número de camas
hospitalarias por número de personas, la temperatura media
o los milímetros de lluvia por área, el producto territorial
bruto per capita, el nivel medio de educación para una determinada
región, el promedio de metros cuadrados de vivienda por persona,
etc. La calidad ambiental, en cambio, se refiere a aspectos
cualitativos, por ejemplo, de la vivienda, de la recolección
de basura, de la pavimentación, del equipamiento, etc., medidos
por la percepción de los usuarios.
Tabla
1. TIPOS DE HECHOS Y DE DATOS
Fuente: Elaboración propia de las autoras
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